Mejora el aislamiento de tu vivienda con una fachada rehabilitada

Mejora el aislamiento de tu vivienda con una fachada rehabilitada

Una casa sin un aislamiento óptimo, puede afectar el bienestar de sus habitantes. El aislamiento es el aliado más importante a la hora de proteger el interior de la casa de los embates del clima, sobre todo en la época de invierno, ya que permite la concentración de la calefacción, disminuyendo sustancialmente el gasto de energía. Cada año surgen nuevas técnicas y materiales, y con ello, las posibilidades de mejorar el aislamiento de la vivienda y elevar la calidad de vida, sin embargo, es fundamental adquirir los materiales que más se adapten a las necesidades y a la arquitectura del hogar.
La rehabilitación de fachadas es un asunto estético y económico. Estético porque lo primero que se ve en una vivienda es su fachada, la cual suele deteriorarse por el contacto diario con el viento, la lluvia y el inclemente sol de verano. Económico, porque significa que a corto o mediano plazo, el aislamiento de ventanas, puertas y en general, la cara exterior por completo, ayudan en invierno a mantener el calor dentro de la vivienda y en verano, a mantener el ambiente fresco que provee el aire acondicionado, además de evitar complicaciones como aparición de filtraciones por humedad, que ha mediado plazo generaría deterioro en el interior de la vivienda y un gasto superior al de la rehabilitación y mantenimiento de la fachada exterior. Por supuesto, esto es posible si la rehabilitación de la fachada se hace acompañada de materiales de calidad que mejoren el aislamiento.
Uno de los aspectos más resaltantes en la rehabilitación de la fachada, es el aislamiento de las ventanas. Una ventana con un aislamiento deficiente, supone la pérdida de calor durante el invierno y de frescor en verano. Las fugas a través de las ventanas se pagan caro, ya que pueden significar un gasto adicional, no planificado, causando, incluso, un desequilibrio en el presupuesto familiar. Lo importante en estos casos, es tomar las debidas precauciones antes de que las estaciones climáticas más extremas lleguen.

Los sistemas de aislamientos más usados para la rehabilitación de fachadas en la actualidad

Tan importante son los sistemas de aislamiento, como el embellecimiento de la fachada, sea de casa o de un edificio. Dos aspectos que en la actualidad, se han acomodado en una unidad que protege y embellece al mismo tiempo. Las ventanas juegan un papel fundamental en el toque visual que pueden generar. Las ventanas juegan un papel determinante en el éxito de los sistemas de aislamiento. 

Edificio con fachada rehabilitada

Aislamiento térmico exterior: Revestimiento de fachada

Para el revestimiento de fachadas, en la actualidad, se aconsejan dos sistemas: SATE y Fachada Ventilada. Hablamos de ellos a continuación: 

El sistema SATE 

Puede ser aplicado a edificaciones viejas y de construcción más reciente. El sistema consiste en aplicar planchas de áridos aislantes y otros minerales como: poliestireno expandido, poliestireno extruido, lana mineral o corcho expandido, que producen la reducción de la conductividad térmica en un 50%. Los bordes y márgenes del edificio, el sistema los sella con perfiles metálicos y malla de fibra de vidrio, para ello se usa un mortero. Este sistema es de fijación mecánica y lo que le ha otorgado popularidad es que el sistema se adapta a las particularidades del edificio y permite el acabado exterior concuerde con el estilo de la vivienda o edificio.
Entre las ventajas se cuentan: lo impermeable a la lluvia y permeable con el vapor de agua, con lo que garantiza una disminución de los riesgos de deterioro en el edificio o vivienda, porque evita humedades y condensaciones, además que tiene una vida útil de 20 años. 

El sistema de Fachada Ventilada

Impulsa la protección de la vivienda o edificio de los fenómenos meteorológicos, mediante la fijación de tres capas: la primera es un muro de soporte, la segunda es capa de aislante y la tercera es un revestimiento acoplado al edificio, para lo que se suele usar una estructura de aluminio, además, contiene una cámara de aire que va entre el aislamiento y la capa exterior del edificio que mejora el aislamiento térmico y evita los puentes términos y fisuras. Este sistema protege la edificación de humedades y condensaciones, lo que evita deterioros en la estructura física.
Las piezas que se utilizan en el sistema de Fachada Ventilada, son de larga duración, por su resistencia a los cambios climáticos. La vida útil es de 20 años, aproximadamente, además, que está diseñado para proveer un acabado de dimensiones estéticas exorbitantes. Este sistema, revaloriza el inmueble.

Qué puede ocurrir si no existe un aislamiento óptimo en la vivienda

Edificio con ventanas

Las consecuencias de no contar con un sistema de aislamiento óptimo repercute en: la salud personal y el deterioro de la estructura. En cuanto a la salud personal, podemos mencionar: que la humedad produce la aparición de hongos y mohos, problemas en el sistema respiratorio y mal olor, además, los cambios de temperatura afectan las emociones, porque producen insomnio. En cuanto a la edificación, los deterioros se forman a raíz de la filtración del agua, de rocíos, de vientos a través de las ventanas, entre otros agentes que pueden introducirse en el interior de la vivienda por la falta de un sistema de aislamiento óptimo.  

La protección y precaución para el hogar 

Los riesgos que pueden correr la vivienda o apartamento, donde se encuentre el asentamiento familiar, son muchos. Desde colapsos por deterioro (humedad o condensación), daños por desastres naturales, accidentes internos, robos, entre otros, evidencian la necesidad de adquirir un seguro de hogar. Incluso, a la hora de hacer algunas modificaciones, como: rehabilitar la fachada para implementar un sistema de aislamiento que cuide la salud de los miembros del hogar, tener un seguro de hogar, se vuelve una ventaja bastante significativa.
Asegurar el hogar, evita que, ante cualquier imprevisto, los costos, que generalmente son bastante elevados, puedan ser cubiertos por un seguro y no que la persona tenga que gastar ahorros o pedir préstamos para poder cubrir los daños. 

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